«El obispo Fidel García fue una víctima más del franquismo»

23/01/2011

La calagurritana María Antonia San Felipe Abad, acaba de obtener el doctorado en Historia por la Universidad de La Rioja, con sobresaliente ‘cum laude’ por unanimidad del tribunal, por su tesis ‘Una voz disidente en el nacionalcatolicismo’ sobre el obispo Fidel García.

-¿Por qué eligió a este personaje para su tesis doctoral?

-Fidel García era un obispo que me había interesado desde pequeña, porque había escuchado cosas sobre su figura que me sorprendieron. Cuando decidí hacer mi tesis doctoral, empecé por un curso de doctorado en el que hice un trabajo sobre el papel de la Iglesia en la Transición, concretamente sobre Tarancón. Ahí descubrí cómo en casi toda la bibliografía se citaba al obispo Fidel García muy frecuentemente, aunque no se profundizaba y no había una biografía sobre él; eso me incitó a investigar.

-¿Ese era el único propósito o había algo más?

-Inicialmente, pensaba que no iba a haber tanta documentación y que me iba a tener que ceñir a un trabajo sobre el episcopado de Fidel y la situación de la Diócesis riojana, pero luego, al ver la documentación es lo que me ha llevado a realizar la tesis con la concepción que le he dado. Su proyección nacional e internacional tiene tanta fuerza que me parecía mucho más importante elegir como prisma de toda la investigación lo que eran las relaciones Iglesia Estado a través del episcopado de Fidel García.

-¿Esa trascendencia internacional había quedado en el olvido?

-Lo que ocurrió fue que sobre don Fidel cayó una especie de manto de silencio propiciado, yo creo, por el Régimen y la propia Iglesia. Sería un obispo maldito al que nadie quería aproximarse, había sido un desafecto al Régimen casi desde el principio, a pesar de que recibió la sublevación militar como todos los obispos, apoyó el golpe militar, aunque no lo alentó, pero enseguida comienza a diferenciarse, sobre todo, por su postura antinazi.

-¿Hasta qué punto llegó esa dimensión internacional?

-En primer lugar, durante la Guerra Civil, porque él tenía muchos contactos con el catolicismo francés, ya que representó a la iglesia española en diversos actos en París pero, lo más importante fue la dimensión de su pastoral de 1942. Su pastoral es prohibida por el Régimen y sin embargo se difunde clandestinamente por todo el país gracias sobre todo a los centros británicos. Pasa a Francia y entra en el circuito de la resistencia francesa, que la difunde. Al otro lado del Atlántico, el Ministerio de Exteriores británico reparte la pastoral, con más de 6.000 copias, llegando a ser noticia hasta en el New York Times. También llega a México, Chile, Argentina y hasta países tan chocantes en aquellos momentos como Turquía o Sudáfrica. Provoca que el Gobierno nazi presente protestas formales ante el Vaticano y la embajada española allí, y eso pone al Régimen de los nervios.

-Tendría malas consecuencias ¿no?

-Desde luego, don Fidel cae en desgracia claramente. Él sigue apareciendo en los actos públicos, cumpliendo sus funciones como obispo, pero hay una lucha soterrada, sobre todo con el falangismo.

-¿Qué ocurre entonces?

-Pues que intentan desacreditarlo. ¿Cómo lo hacen?, hombre, fusilar a un obispo era complicado porque era un Estado católico. Entonces deciden desacreditarlo y comienza una campaña soterrada de difamación, diciendo que ha sido visto en prostíbulos con mujeres de mala nota e incluso menores. La tesis ha demostrado que hay elementos de juicio y documentos suficientes para afirmar que el documento que se elaboró para hacer valer esa calumnia era falso.

-¿Por qué cree que hasta ahora nadie había salido a reivindicar la figura de Fidel García? -No lo sé, pero lo que sí es cierto es que algunos miembros del tribunal que ha examinado mi tesis consideran que ésta viene a rehabilitar su figura que, al final, fue una víctima más del régimen franquista.