El escritor presentó en Langreo «Operación exterminio» sobre uno de los capítulos más crueles del franquismo
Topos, guerrilleros, falangistas, dosis de pentotal sódico y bosques otoñales flotaron en el ambiente de la Casa de la Cultura de La Felguera en la presentación del libro «Operación exterminio», del escritor Alejandro Martínez Gallo. El acto estuvo organizado por la asociación Cauce del Nalón en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. El autor estuvo acompañado por Gaspar Hacha Noval, miembro de Cauce, y el escritor Benigno Delmiro Coto, que hizo referencia a la fecundidad extraordinaria del escritor con cinco novelas en cinco años «compaginando el relato de acontecimientos históricos con el subgénero de la novela negra».
Alejandro Martínez Gallo, que compagina la escritura con la jefatura de la Policía de Gijón, se adentra en esta ocasión en uno de los sucesos más crueles de la historia de la represión franquista y su guerra sucia contra la guerrilla republicana. Comenzó su intervención hablando de lo diferente que resulta la presentación del libro dependiendo del lugar. En Asturias los acontecimientos son una realidad conocida, algo que también pasa en Cataluña. Sin embargo dijo que en Madrid resulta «inaudito pensar en una historia con señores cargados de armas en medio de los bosques y puede ser la causa de que el libro esté en la sección de aventuras».
Tomando como punto de partida acontecimientos reales, el escritor elabora una emotiva e inquietante novela en la que rinde tributo a todas aquellas personas que lucharon contra el franquismo y por la libertad. Comentó que «cuando hablo con los antepasados me siento como una hormiga». Insistió en que «escribo para mantener viva la memoria» y recordó el papel de los soldados republicanos que, perdida la guerra, se enrolaron en los ejércitos aliados para combatir en el norte de África y en el frente europeo desde Stalingrado hasta la recuperación de París.
Y mientras tanto en las montañas asturianas quedaban los últimos restos del Ejército republicano, esperando el final de la guerra mundial con el convencimiento de que los aliados invadirían España. Gallo insistió en definirnos como guerrilleros y soldados, no como maquis o fugaos, porque «no es una simple palabra y si cambiamos el nombre, enmascaramos la realidad». También destacó el papel determinante que desempeñaron las mujeres en la resistencia al franquismo. De hecho el libro es un diario a viva voz en el que María Libertad desgrana ante la tumba de su hermana todos los sucesos que han pasado tras su muerte. Sucesos que giran en torno a una maniobra secreta que llevaron conjuntamente los Servicios de Inteligencia de la Guardia Civil y los de la Información de Falange destinada a acabar con los últimos soldados de la II República. Por eso «Operación exterminio» desvela los entresijos de los aparatos represores del régimen.
El escritor finalizó su presentación explicando a los asistentes su papel como novelista y lo que lo separa de un historiador. «La diferencia está en que el historiador no pone una coma más a los acontecimientos, mientras que el novelista va más allá e intenta meterse en la cabeza de los personajes». |